¡Atención, pequeños vikingos! Hoy llega a tu mesa uno de los personajes más divertidos, sabios y un poquito gruñones de toda la isla de Mema: Bocón el Rudo. Él no es un dragón, pero sin duda sabe más de dragones que nadie. Es el herrero de la aldea, el que forja las armas, repara las sillas de montar y, de paso, cuenta historias tan exageradas que a veces ni él mismo se las cree. Con su barba enorme, su sonrisa torcidita y su corazón gigante, Bocón es ese tipo de personaje que hace que todos se sientan parte de la aventura. Y ahora puedes tenerlo en versión dibujo para imprimir y colorear como más te guste.
Imagina a Bocón en su taller, con el fuego de la forja iluminando el lugar, el martillo en la mano y su voz ronca contando anécdotas de viejas batallas. Puedes pintar su barba de tonos naranjas, grises o dorados, su ropa de cuero con marrones oscuros y su casco metálico con brillos plateados. O, si prefieres, crea tu propia versión: un Bocón con barba azul, un casco rojo fuego o incluso un martillo mágico lleno de colores. Aquí no hay reglas, solo imaginación. Lo importante es que te diviertas mientras dibujas y coloreas.
Este dibujo es perfecto para quienes aman el mundo de Cómo Entrenar a tu Dragón y quieren pasar un rato lleno de creatividad. Solo tienes que imprimir la hoja, buscar tus lápices o rotuladores favoritos y dejar que tus ideas vuelen tan alto como los dragones de Berk. Mientras pintas, puedes imaginar que Bocón conversa con Hipo, le da consejos locos o intenta enseñar a los jóvenes vikingos cómo usar una espada (aunque casi siempre termina en desastre). Cada color que elijas contará un pedacito de su historia.
Y si algo no te gusta o quieres probar un nuevo estilo, no pasa nada. ¡Imprime otra hoja y vuelve a empezar! Esa es la mejor parte: puedes pintar a Bocón una y otra vez, cambiando los tonos, el fondo o los detalles. Incluso puedes dibujar el escenario alrededor, con fuego, chispas, herramientas, dragones o montañas nevadas. Cada versión será única y completamente tuya.
A los padres también les encanta esta actividad, porque los niños se entretienen, se relajan y aprenden sin darse cuenta. Es una forma genial de pasar tiempo en familia, lejos de las pantallas y cerca de los colores. Mientras los pequeños pintan con paciencia, los grandes disfrutan del silencio, las risas y la magia de ver cómo el dibujo cobra vida. Y si toda la familia se une, ¡mucho mejor! Cada uno puede crear su propio Bocón el Rudo y luego comparar quién hizo el más gracioso, el más realista o el más loco.
Un detalle curioso: el nombre completo de este personaje en español es Bocón el Rudo, aunque en el pueblo todos lo llaman simplemente “Bocón”. Si quieres hacer tu dibujo aún más especial, escribe su nombre completo en una esquina del papel, como si fuera el título de una obra de arte. Así podrás reconocerlo fácilmente cuando empieces tu colección de personajes de Cómo Entrenar a tu Dragón.
Porque sí, en Imprimivel.com hay muchos más personajes esperando por tus colores. Están Hipo, Astrid, Patán Mocoso, Banguela y muchos dragones más listos para ser pintados. Puedes armar tu propio álbum de aventuras y llenar tu habitación con los héroes y criaturas más queridos de Berk.
Así que ya sabes, pequeño artista: agarra tus lápices, imprime tu dibujo de Bocón el Rudo, y prepárate para un momento lleno de risas, imaginación y color. Deja que el ruido del martillo se mezcle con tus trazos y que la magia del taller cobre vida sobre el papel. Hoy, Bocón el Rudo te invita a forjar tu propia aventura, una que solo tú puedes dibujar y pintar con tu toque especial.
Con solo cinco años, Gustavo transformó un simple deseo de imprimir dibujos en una idea que hoy inspira a niños en más de 150 países.
Así nació Imprimivel.com, un proyecto creado junto a su padre, Jean Bernardo, para llevar color, imaginación y alegría en 10 idiomas, alcanzando a un público potencial de más de 800 millones de niños en todo el mundo.
Actualmente, Gustavo ayuda a seleccionar los contenidos, eligiendo con entusiasmo los temas y personajes que harán sonreír a otros niños, siempre bajo la supervisión de su papá, quien convierte las ideas del pequeño en realidad.
